Versiones libres

(entrevistas al Awá Pedro Sánchez y al Óköm Silverio Morales)

Versión libre al español de la entrevista al Awá Pedro Sánchez

Alí:

Cuando uno está formándose para ser awá, ¿qué es lo que uno debe hacer, qué es lo que uno debe comer y con qué debe uno practicar?

Pedro:

Pues plátano, se puede tomar cacao pero se debe hacer en el monte; ahí se tuesta, no se trae a la casa; pero eso lo toma solo uno, con la que es la encargada de las piedritas, la sĩõ'tãmĩ. Solo estas dos personas. Eso se llama ó (lo impuro).

Alí:

¿Eso es para uno?, ¿eso tiene ayuno y otras reglas?

Pedro:

Sí, sí.

Alí:

¿Hasta cuanto tiempo uno debe ayunar para ese fin?

Pedro:

Si hoy se toma, hoy en la tarde se toma, ocho días después se volverá a tomar; entonces ya se termina la ceremonia. Entonces uno ya es, uno ya se formó, ya está formado. Uno ya tiene la piedrita colgada en el cuello, pero luego nos falta el conocimiento. Es como leer libros, me parece, si uno es de oído fácil se dura seis años, si uno es inteligente. Si uno es de cabeza dura, entonces dura diez años. Entonces uno entiende un poco.

Alí:

¿Uno se forma con un mayor?

Pedro:

Yo me formé así. Cuando yo estudiaba, yo fui formado por mi propio padre.

Alí:

¿Qué cree usted?, los jóvenes de hoy ya no creen (en estas cosas). ¿Usted cree que (nuestros cargos) se han acabado?

Pedro:

De alguna manera, nosotros lo conversamos. Ya nadie nos pide que lo formemos, ya nadie viene, nadie, nadie, nadie. De alguna manera, sí creemos que hemos terminado. Ya con mi papá (el awá Francisco García), nos hemos terminado.

Un óköm, que es para guardar al muerto de forma más segura, de forma correcta, igual para los awápa, ellos ya se terminaron, ya no hay gente para eso. Pues ahora acá en Talamanca nosotros nos preparamos sin muchos requisitos, ¡todos son óköm!

Alí:

De eso estaba hablando anoche con mi papá; uno se encuentra cualquier persona y te dice él es awá, y no se sabe dónde aprendió.

Pedro:

Hay uno de esos aquí, (¿no ha venido?), está aquí, se llama Narciso Morales, viene de Chirripó, no sé de dónde. Se supo que era un gran awá, y ya ha pasado por muchos lugares, según él, trabajando. Luego vino un cuñado de él por acá, y se encontró con Lolo en Guabito. Lolo le preguntó que si era cierto que era awá, que dónde había aprendido. Entonces le contesto: ¡No, él está bromeando, él no es awá; nosotros, los de nuestro clan, no somos awá! Entonces él quedo mal.

Alí:

Nosotros, para aprender nuestros conocimientos indígenas, eso se debe hacer correctamente, como lo hacen los no indígenas (con respecto a sus conocimientos).

Pedro:

Sí, sí, eso se debe hacer correctamente, se guarda ayuno correctamente y se tienen los cuidados necesarios.

Alí:

¿Acá uno ya no puede aprender para awá, o sí se puede aprender, qué cree usted?

Pedro:

Pues, prepararse en este momento aquí, talvez alguna que otra cosa, porque de los grandes mayores ya no hay aquí, ¿dónde? Así pues, por aquí hay un sobrino mío que ya tiene cinco años de haber llegado, y aún está acá. Él vino cuando yo todavía vivía allá abajo; es nieto de la señora Eulogia, la que vive en la comunidad que se llama Tṹsula [1]. Él se llama Norberto. A él lo estaba formando mi hijo mayor, que falleció allá abajo. Cuando murió lo dejó a él a medias. Entonces él me busca y se aferra a mí. Ahora lleva cinco años conmigo, todavía en este momento sigue estudiando.

Alí:

¿Cuántas veces uno tiene hacer la ceremonia de tomar el caldo de la graduación para que uno sea ya un awá formal?

Pedro:

Pues... de alguna forma... cuatro veces.

Alí:

Ahh, ¿cuatro?

Pedro:

Cuatro veces uno tiene que tomar el caldo de la graduación, así se nos dijo.


[1] Tṹsula: de tṹs 'una palma que se usa para hacer escobas ' y ulà 'rama, brazo, mano'.

Versión libre al español de la entrevista al Óköm Silverio Morales sobre el cargo de awá

Silverio:

Cuando uno va a formarse para ser awá, los antepasados lo hacían muy bien, se comportaban muy bien. Uno no puede bromear ni usar malas palabras. Cuando los mayores conversan o están hablando entre ellos uno no debe estar escuchándolos. Uno debe estar pensando en lo que el maestro le dice y recordar qué fue lo que dijo, cómo lo dijo: debo recordar el significado de las palabras y la forma en que me lo dijo mi maestro. Cómo me dijo que se llama la enfermedad del dolor de estómago, cuál es su primer nombre. Uno debe pasar el tiempo pensando en esas cosas y no pensar en nada más, ni en chichadas, menos en mujeres, en nada más se debe estar pensando.

Alí:

¿El ayuno es diferente al de los demás cargos?

Silverio:

Uno esta tranquilo, no es que esté en ayuno, solo que uno no les pone atención a las malas palabras; los mayores tienen para eso una sola expresión: malas palabras. A esas cosas uno no les pone atención, ni las repite. Si hoy alguien está hablando tonterías, luego usted va y repite lo que ellos dijeron, bromea como ellos bromearon o dice lo que ellos dijeron, eso no se debe hacer.

Ayer en aquella casa yo les conté que las sabidurías, los conocimientos, esos que ustedes acaban de escuchar, lo que él estaba contando, tienen un ser como aquellas personas que estamos viendo pasar; son como una mujer, una mujer muy grande y blanca, que es muy celosa; por eso uno debe estarse tranquilo. Por eso si uno se quiere sacrificar preparándose para awá, entonces debe estar respetuoso ante ella. Uno solo debe pensar en ella, qué fue lo que me dijeron, qué fue lo que me dijeron, qué fue lo que me dijeron, si uno solo piensa en eso todo el tiempo, entonces talvez uno pueda recordar algo.

A una persona que nace para ser awá, le es muy fácil memorizar todas las cosas que le dicen; todo lo que le dicen lo memoriza muy bien y nunca se le olvida. Supongamos que haya ahí algunas personas conversando, usted ve que él no está escuchando esa conversación, él esta sentado acá; ustedes pueden estar conversando allá, luego o mañana él te puede decir qué fue lo que ustedes conversaron, qué fue lo que dijo el señor que estaba ahí, y cómo lo dijo. Talvez dijo el nombre de una enfermedad, y dijo que ese nombre es así, así lo dijo, escúchelo. Talvez él no estaba escuchando la conversación, pero lo poco que escucho él lo memorizó.

Alí:

¿Cuándo se hace la ceremonia de la graduación, cuál es su ayuno?

Silverio:

Si hoy se hiciera la ceremonia... A uno lo educan durante seis años. A los seis años nos hacen la ceremonia de graduación. Para ese entonces una persona especializada, que es la sĩõ'tãmĩ, la encargada de las piedras sagradas, deberá hacernos unas lindas chácaras, una pequeñita que se usa para echar las piedras sagradas, y otra que tiene una cuerda para colgársela y es un poco más grande que la primera. En la pequeña se echan las piedritas, luego esa se mete en la más grandecita y se amarra.

Mientras ella está haciendo esas chácaras uno deberá estar haciendo las piedritas sagradas para uno. Esas piedritas vienen del tamaño de una pelotita; eso se pule en un molejón y en el monte, y nadie tiene que saber dónde esta él haciendo su piedra sagrada.

Así es el ayuno, a lo que le decimos el ayuno es... Es que aquí llega gente que puede estar con tabú, llega a visitarnos; por eso uno debe hacer las cosas en el monte. Además, ya para ese momento uno debe tener todo lo que uno usa separado de las cosas de los demás. Pues cuando llegan esos visitantes la familia les sirve café o chicha de pejibaye, entonces van de un lado a otro dentro de la casa; por esa razón las pertenencias del estudiante no deben estar donde están las cosas de la familia. Tampoco puede ser visto ni tocado por esos visitantes o la gente en general. Pues el efecto de mezclase con la gente tabú o la familia en general es que el estudiante no puede memorizar lo que le enseñan; a eso se le dice que el ser del conocimiento de ser awá está molesta con uno.

Cuando se va a hacer la ceremonia de graduación, el maestro de ceremonia debe estar aparte de quien nos está formando. Pues a esa persona se le dice "nuestro mayor". Ahora; se realiza la ceremonia en la tarde, y para esa actividad se debe traer pejibaye, pollo, pero solo pollos de color blanco. Esas cosas las cocina una persona que sea sĩõ'tãmĩ, dueña de la piedras curativas. Además debe tostar y preparar un poco de cacao. La ceremonia se hace en la tarde, o más bien en la noche. En horas de la mañana del día siguiente, al estudiante lo encierran en una casita hecha de hojas. Pero en el transcurso del día de la ceremonia uno va traer agua en una hoja de bijagua. ¿Qué pasa? Como decía uno de los mayores del clan de ustedes, que falleció allá en la montaña Nãmã̀söl, él nos vacilaba con la expresión: "estoy hablando obscenidades a los chicos". Es una forma de decir que las enseñanzas son algo muy puntual e importante.

Entonces se hizo la ceremonia, y fuiste a traer agua en esa hoja de bijagua, además traes una piedra, la cual dejas por ahí. Bueno; luego de terminar la ceremonia de graduación y se haya bebido y comido las cosas, se haya bebido el cacao, uno se levanta para que le guinden del cuello la chacarita con la piedra curativa. Una vez colgada la piedra curativa, el maestro le pide al estudiante que vaya a sacralizar el agua que trajo. Además le pide que examine la piedra que está allí (la que uno trajo) para ver si en algún momento a esa piedra le puede pasar algo. Si mañana está bien... Cuando a uno ya le piden que haga esas cosas, eso significa que uno se entrega, pues así es como le dicen a eso, entregarse. Entonces comienzas diagnosticando que si mañana la piedra va a estar bien, para ese fin sacralizas el agua, practicas examinando si mañana esa piedra va a estar bien. Luego debes ver si dentro de cuatro días va a estar bien, luego si dentro de un mes estará bien, si en dos meses estará bien, si en dos o tres meses estará bien. De acuerdo con cómo la ves, entonces vas por año. Si en un año va a estar bien, a esa piedra nunca le pasará nada; pero a través de ella uno se entrega. Las piedras curativas, con las cuales te iniciaste haciendo esos exámenes, cuando ellas aprenden, son muy buenas. Cuando les consultas por alguna persona, de la cual otros awápa han manifestado que no se curará, si ella dice que se curará, entonces se curará. Por eso se inicia tratando una piedra. También tienes que examinar esa montaña Nãmã̀söl, para ver que si algo le pasará en algún momento. Entonces cuando a uno le toca hacer esas cosas, ya uno tiene colgada la piedra curativa.

Después de hacer esos trabajos uno se va al monte. Ya uno es awá, ya es awá. Una vez que se ha terminado de sacralizar el agua, en esa agua tienes que echar la piedra, esa piedra que usted sopló, uno le echa toda el agua sacralizada.

En la pura mañana a uno lo encierran en un cuartito hecho con hojas de banano y de tuete, de tal forma que nadie pueda verte; solo se deja un pequeño hueco para que tu maestro pueda pasarte quelite asado envuelto en hoja de platanillo, maíz tierno asado en su tuza, plátano asado en su cáscara, que él mismo preparará. Para ese fin tu maestro hace un fogón en la puerta de tu cuarto; ahí él se estará quemando con el fuego. El fuego lo ponen en la pura puerta del cuartito donde uno está encerrado. Cuando uno está encerrado, el maestro, además de prepararte la comida, quema unos pedazos de fibra de pejibaye y un panal abandonado de avispa; eso lo queman por detrás de uno.

El quemar esas cosas es para que en un futuro cuando uno sea un gran awá, como aquel que está allá, entonces la gente sienta mucho respeto por él, de manera que se preocupan por darle de comer, cómo conseguir esos alimentos, se le busca una buena hamaca o un buen lugar donde dormir o donde sentarse a trabajar; esos son los respetos. Para ese fin se quemó fibra de pejibaye y un panal abandonado de avispa.

Uno ayuna todo el día y en la tarde el maestro nos salpica con agua, la cual él fue a traer de un ojo de agua, y amarra como un manojo hojas de sotacaballo, plumas de guacamaya (antes había muchas guacamayas), y plumas de aves rapaces; eso lo meten en el agua y luego con eso nos salpican. Y el agua que uno va tomar debe ser purificada por el maestro, un mayor de uno, como aquel que está allá; él es quien nos hará ayunar todo el día hasta tarde en la tarde. Al día siguiente por la mañana, tanto el maestro como el estudiante se irán al monte.

Así los mayores solían hacer sus ceremonias de graduación. Ellos ayunan; cuando hacen su primero ayuno -y todos los miembros de su clan lo tienen que hacer-, eso lo hacen aun estando en la casa, aunque el estudiante tiene que estar encerrado en su cuarto de hoja. Todos los miembros del clan del estudiante deben hacer el ayuno. Realmente debes procurar que todos los miembros de tu clan lo hagan, estén donde estén, se le manda a decir que deben ayunar.

Uno sabe que si hoy se hace la ceremonia de graduación, mañana en la tarde, cuando se ha hecho el ayuno del día, estás listo para ir al monte. Entonces uno va al monte, se mete allá en el monte, donde construye una casita para seguir el ayuno. Allí uno ayuna y regresa a su casa dentro de cuatro días, y nos acompañará la dueña de las piedras sagradas y el maestro. Uno va al monte; allá antes había muchos animales que andaban como esos que vienen para acá, en manadas. Una vez allá, el maestro nos ordena que le pidamos a los dueños de los animales salvajes un animal, ya sea venado, saíno, esos son los que se piden; ahí usted inicia pidiendo manjares. Lo que se hace es que uno se inicia investigando a través de sus piedras curativas, uno investiga con la piedra, si uno sale por la mañana al monte, si va a encontrar algo o no encontrará nada, si echaré algo en mi chácara o no echaré nada, qué pasará.

En tiempos pasados había muchos animales. Entonces cuando uno salía en la mañana de cacería inmediatamente encontraba huellas de venado, a través de las cuales uno seguía al animal y muy pronto lo encontraba. Cuando uno lo encuentra le tira y si uno ve que le pega, corre un poco y cae, uno lo sigue sigilosamente y cuando alcanza a ver dónde está tirada tu presa, te devuelves caminando para atrás, como de broma, y siempre uno debe andar con su piedra curativa.

En este ayuno que uno hace en el monte no debe despegarse de sus piedras curativas. Entonces, caminas un poco, luego te sientas a consultar la piedra curativa. El animal que acabo de tirar y lo vi caer por allá, al ir a buscarlo lo encontraré o no lo encontraré, estará muerto o no, si más tarde lo secaré en el fuego o no lo secaré. En realidad usted ya vio el venado donde está tirado, pero usted le consulta a su piedra sagrada y ella le contestará correctamente, porque esa piedra dice las verdades. Entonces cuando usted sopla la piedra verá que se mueve; eso es que las piedritas están hablando muy bien y te dirán que sí, que sí está muerto, allá está, ve a buscarlo. Uno va y se lleva el venado y lo pela, ya sea venado o saíno, lo que uno haya encontrado, todo eso se seca allá en el monte.

Mientras tanto en la casa la familia prepara la ceremonia final de graduación. Recordemos que cuando uno va al monte, regresa hasta después de cuatro días; ese día se hará la ceremonia final. Para ese fin los familiares que están en la casa alistan todo lo necesario, incluyendo la preparación del trozo sagrado de madera de cacao.

Si nuestra gente se prepara para algún cargo tradicional, la dueña de las piedras curativas es parte de los que atienden al estudiante de awá cuando lo tienen encerrado; además ella irá con el awá y su estudiante al monte, y traerá a una de su hijas para que inicie su preparación como sĩõ'tãmĩ, pues a ella se le debe poner la mano en la misma ceremonia. Cuando se hace la ceremonia para el awá es el momento para hacérsela a una sĩõ'tãmĩ. La dueña de las piedras curativas mayor es la que orientará a la estudiante en todas las cosas, luego ella la llevará consigo al monte junto al estudiante de awá y su maestro.

Cuando ellos regresan, después de cuatro días de ayunar allá en el monte, esas personas, el maestro awá y su estudiante y la señora sĩõ'tãmĩ y su estudiante, para recibirlos se prepara un poco de chicha, pero no mucho, solo un poco. Una vez en la casa, la sĩõ'tãmĩ cocina toda la carne que traen. Eso es lo que se comerá esa tarde; pero no todos pueden comer de esa carne, solo los que están puros, sin tabú. Si uno está con tabú, hay que decirlo a los maestros de la ceremonia. Uno les dice: "coman ustedes", porque si uno se mete estando tabú, eso es agredir al estudiante de awá y él se maleará; por eso el ayuno es tan riguroso. Se dice que el awá se inhibe; puede ser que termine su estudio, pero talvez no recordará algo, o si lo invitan para que haga algún trabajo, talvez querrá ir, talvez no querrá, y se inventa cualquier excusa para no ir. Si le piden algún trabajo, no deseará sacralizar bejucos o algunas otras cosas, se puede decir que no quiere ir, que le da pereza ir. Pues todo esto es el efecto de un tabú. En algún momento él se acuerda de algunas palabras o cantos, en otro momento se le olvidan, se le olvidan, se le olvidan definitivamente.

Eso le paso a Chebo, pues Chebo era un gran awá, y mire que él se convirtió en una persona que no sabe nada de awá, por el efecto de un tabú de sus hijos. Así se jodió Chebo.

Alí:

¿Pero en verdad a uno se le olvida todo?

Silverio:

Pues sí, se le olvida definitivamente, aunque usted trate de recordar no lo logra. A veces uno recuerda algunas frases o términos, pero uno que otro, no todo, no recordarás las raíces de los cantos; se te olvidará cómo es que se inicia un canto. Pues así es esto.