Óköm

Cuando un niño o niña nace, una persona mayor del clan, por lo general un awá, se encarga de ver qué futuro trae esa persona; esto se llama mo)lo)' o ëstë́: qué trae ese niño. Ahí se define si puede servir para óköm, para awá o para algún otro cargo. A todos los niños al nacer los diagnostican con este fin. Los padres pueden decidir si quieren que el niño estudie para el cargo, o el mismo niño puede hacerlo; por lo general esa elección es libre. Al nacer el niño, el awá debe purificarlo [1]; luego lo trae a la casa y le dice a la familia para qué cargo podría servir.

A la persona, desde muy pequeña, se le dice si puede estudiar para óköm, y tiene que estar muy convencida de que quiere serlo, porque eso significa un cambio de actitud; significa que no puede jugar con otro niño, por ejemplo, de acostarse sobre el suelo, ni de hacer huecos, porque se dice que su imagen en el otro mundo está llevándolo por el camino de ser óköm. Cuando el niño decide que quiere serlo, el awá hace una pequeña ceremonia (kàchök 'señalar, presentar') en la que dice: "este es el niño que queremos presentarle a su ser más poderoso, porque él va a prepararse para óköm".

Para cada cargo, se supone que hay un ser en el otro mundo. Ese ser se llama en bribri i talà (literalmente, 'el abuelo (o tío) paterno'). Así, cuando un awá o una persona mayor narra: Mĩ̀kã se' dé i talàie... , eso significa: "Cuando uno ya es como su tío abuelo...", es decir, es ya mayor, tiene tantos años de estudio, ha pasado todas las pruebas, quiere decir que ya es como su talà. Por ello, desde pequeño se le inculca al niño que ha decidido estudiar para óköm, que no puede hacer actividades o juegos como cualquier otro niño, porque si él dice, "vamos a jugar de hacer un hueco aquí", eso se puede interpretar como un deseo o una evocación del mundo del más allá, del mundo de su talà, porque él está construyendo su vida para ser óköm y esas son cosas que no se pueden hacer.

Antiguamente, nosotros los bribris no nos enterrábamos, sino que nos envolvíamos, se envolvía a la gente; entonces por ejemplo ese tipo de juegos, como envolverse en algo, no se puede hacer. También, el niño que va a ser óköm aprende que si va a alzar a un niño, no lo puede alzar horizontalmente, solo verticalmente. Siempre tiene que estar atento a cumplir esas conductas; son métodos de educación para que cuando él ya va a ejercer su cargo sea lo más riguroso y correcto en sus actividades. La familia le pregunta al niño si quiere ser óköm, "¿te gusta?", "sí, me gusta", entonces él empieza a observar ese tipo de cosas, al igual que sucede con los otros cargos, como con sĩõ'tãmĩ: la forma como se refiere a las cosas, el tratamiento que les da a los animales, a la gente, a los mayores. Por ejemplo, cuando una persona que se está preparando para óköm va de caza por primera vez, no puede comer directamente de esa carne de caza; esta debe ser purificada por su maestro. Esto se debe a que el estudiante va adquiriendo una imagen o energía que es distinta a la de una persona normal; por ello no puede tener una relación directa con las cosas como los demás; esto se llama iál: 'lo puro, lo primero'. Por ejemplo, si soy un niño pequeño que por primera vez va al monte y cazo un venado, esa primera caza es iál, puro, limpio, primero. Entonces un estudiante para óköm no puede comer directamente; la comida debe ser purificada por su maestro y debe saber eso.

Al niño se le enseña que los valores no son lo que se tiene, sino lo que sirve a la comunidad. Se le enseña que uno puede estar enfermo, pero si soy el único óköm y viene alguien a un día de camino a buscarme, en lenguaje formal le dice al óköm: "necesito que venga a vaciar mi casa", entonces yo no puedo negarme; como sea, solo puedo decir: "voy para allá". Estos son los valores; el óköm no puede negarse, saca el bastoncito y vamos. Eso es atender, servir a la gente. Se le enseñan esos valores.

Al niño se le exigen ciertos sacrificios fuertes, por ejemplo si el maestro dice "esta noche nos vamos a ir al monte a las 10 de la noche", llueva, truene o lo que sea, usted tiene que aguantar sin quejarse y aguantar todo, hasta el amanecer. Aquí de lo que se trata es de que el niño sienta las cosas que están alrededor de él, la naturaleza, como parte de él; debe sentir cómo esa naturaleza nos trata, ese es el objetivo de estas salidas al monte. Es necesario enseñarle que debe sacrificarse; por eso se educa de esa forma. Se le dice: "nos vamos un día a la montaña sin comer nada" y debe ir.

El maestro de un estudiante de óköm es siempre un óköm. Por lo general, un óköm es también awá, incluso cuando había awápa mujeres, también ellas solían ser óköm. Pero para cada cargo se deben hacer las cuatro graduaciones. Una persona puede ser awá, óköm, tsö́köl (cantor) y bikàkla (maestro de ceremonias); pero debe haberse graduado específicamente en cada uno de esos estudios para poder ejercer.

En el estudio de óköm, una parte importante son las confesiones: uno tiene que decir lo que siente sin reservas de ningún tipo. Cualquier cosa que me pase por la mente en cierto momento, debo decirlo; eso se llama "confesión" porque la persona tiene que decirlo a su maestro. En bribri se llama i tté tsök (escuchar la palabra de x cosa); entonces lo que se venga a la cabeza, no se puede esconder, hay que decirlo. [2]

El niño por lo general empieza a estudiar a los siete u ocho años, cuando ya pueda salir de la casa constantemente y caminar muchas horas por la montaña. Tiene que soportar caminar en la montaña un día entero, o una noche entera bajo el aguacero; esto es para que empiece a entender el lenguaje de la naturaleza. Cuando ya decide que quiere ser óköm, el maestro lo va instruyendo de esta forma, le dice: "tienes que buscar esto, tu familia es esto, tienes un personaje que siempre te guía..."

También para este cargo son muy importantes los sueños. El maestro debe esperar algún sueño que le indique si este estudiante va a servir o no; puede ser que el estudiante al principio quiera pero luego cambie de opinión; también el niño o niña debe decir sus sueños. Dependiendo del sueño, el maestro le dice: "Ese sueño significa que el personaje de tus estudios te está indicando que debes continuar; es una indicación espiritual, quiere decir que estás en el camino correcto". El maestro le va enseñando a interpretar los sueños; le enseña que algunas cosas que sueña tienen que ver con el estudio y otras no. Entonces cuando lo que el niño sueña tiene que ver con el estudio, debe contarlo a su maestro, pues ahí puede haber información importante para la carrera, qué cambiar, qué agregar, etc. El niño entonces tiene que saber interpretar sus sueños, y cuando ya está en el estudio, de ocho o nueve años, lo que debe hace es ir al monte constantemente con su maestro para "ver" lo que hay, estudiar cuáles son las actitudes de los animales y las plantas. A esto le llamamos "lenguaje natural", en bribri kṍ ttök [3] "la palabra de la naturaleza", se debe escuchar cómo ella habla, qué dice, qué tiene.

El estudiante debe aprender cuáles plantas son buenas para ayudar al alma del difunto en su viaje al más allá, con el fin de que no sufra o haga sufrir a la gente de este mundo, a sus familiares por ejemplo. El estudiante de óköm debe saber cuál planta, cuál bejuco es bueno para cada caso. Cuando ve una imagen rápida, cómo interpretar esto, cómo actuar. Si escucha una cosa que no está identificada, qué hay que decir y cómo hay que caminar: debe saber cómo retroceder, si seguir o no seguir. Estos son datos importantes porque cuando él va a enterrar a una persona o a dejarla en el monte, puede haber informaciones naturales que debe saber interpretar. También debe aprender a cortar las hojas para envolver al muerto, saber cómo se agarra la hoja, cuál es la hoja que se usa, que es mũlũ̀sik 'bijagua'; es una hoja grande que crece en los pantanos, de un lado es blanca y del otro verde.

Además de la hoja, se le enseña a preparar desde niño la cuerda de algodón que se usa para amarrar, y que se llama en bribri suítöm, de suíyök 'algodón'. Debe saber cómo hilar y preparar el suítöm, y que esto se hace fuera de la casa, pues es impuro, nadie lo debe tocar. Cuando va a empezar a preparar la cuerda, antes debe lavarse las manos con cacao. El maestro le enseña esto al niño y también le practica el ritual de ulàmũk (poner mano). Cuando termina de prepararlo, de nuevo debe volver al maestro para que le lave la mano con cacao. En todo el proceso el maestro está al lado y le enseña cómo hacer que el suítöm quede muy duro; porque cuando va a enrollar al muerto con la hoja o con mastate, tiene que amarrarlo muy bien. A veces se usan cuatro, seis u ocho mecates de estos, depende de lo que tenga el muerto. Además el niño aprende a preparar el mastate para envolverlo, que también se preparara por separado. Tiene que saber cómo cortarlo, cómo prepararlo y cómo guardarlo para que no se lo coman los bichitos; todo esto son aspectos que debe estudiar.

Hasta aquí el estudiante solo está conociendo las cosas que necesitan preparación; es lo primero que aprende, junto con el lenguaje, que es fundamental en el estudio. Luego empieza a ver por qué se debe tener un palito con el cual se toca al muerto constantemente. A este palito se le amarra la punta con suítöm y con esto se toca al muerto; se debe aprender qué significa esto. Por ello en esta parte a menudo hay un awá, pues tiene que ver con la parte espiritual; es exactamente como cuando un awá analiza la vida del muerto. El niño tiene que saber cuando en una ceremonia fúnebre se va a hacer lo que se llama el suítök, que es diferente al suítöm. Significa que se hace un recuento de la vida del muerto (lo hace un familiar al frente del óköm y del awá, si hay uno; puede ser solo frente al óköm). Entonces, qué tipo de plantitas se debe utilizar: se agarran plantas, bejuquitos, tronquitos, piedritas, poquitos de tierra, una serie de cosas que son símbolos; esas cositas se amarran en hojitas muy chiquitas; es lo que se llama mõlõ'. El maestro dice: "Cuando vas a hacer suítök, debes coger una planta de esas, no puede ser cualquier planta, y cortarla de esta manera y envolverla de esta manera, para que quede muy chiquitita, y eso lo vas amarrando así".

El óköm va preparando todo esto con la familia, y cuando llega la noche, la hora de hacer el recuento de la vida del difunto, debe sentarse con los miembros de la familia y ellos van diciendo: "El difunto cuando tenía tanto tiempo (edad) hizo su primera cacería y mató tal cosa"; bueno, esto es el símbolo de esa acción. Se dice éwa, esto es, "de acuerdo". En ese recuento se incluye todo lo que hizo en vida el difunto, bueno, malo, cuándo se casó, incluso cuándo fue su primera experiencia sexual.

Toda esta educación que recibe el alumno, todo esto que él va aprendiendo, significa que está presentando constantemente su imagen a su gran talà, su personaje; si lo hace bien se dice que va a ser un gran óköm. Cuando ya ha hecho su ceremonia de primera graduación, que es igual a la de sĩõ'tãmĩ, el maestro le dice que guarde dieta, lo que implica que se separa de su familia. Hay aspectos de la dieta de óköm que son particulares. Por ejemplo, en otras dietas, se puede comer en la mañana; pero en la dieta de óköm se debe pasar sin comer todo el día, hasta en la noche se puede comer. Esto significa un sacrificio que sirve para valorar el trabajo; cuando el estudiante está sufriendo se va a preguntar si realmente quiere lograr esto o no. "¿Después quién me mantiene?", porque los servicios del óköm son gratuitos; entonces debe estar muy convencido de que quiere hacerlo.

Por la noche, la familia viene, e incluso toda la comunidad se reúne alrededor, y trae las cosas que el estudiante puede comer. Debe comer separado de los demás, pero la familia lo acompaña. Un vecino dice: "tengo un pollo para él", entonces se lo manda, pero separado, es solo para él, pues todo debe ser separado.

Otra parte es cuando el maestro le dice a media noche:"Vamos al río." Igual: llueva o truene, él debe ir caminando, no por el medio del camino limpio, sino por la orilla. El maestro va por el camino, pero él debe ir por la orilla, haya espinas o lo que sea, pues todo es para hacer sacrificio. Ya en el río, el maestro habrá preparado un montón de hojas de diferentes plantas, de diferentes palmitos, entonces debe meterse en el río, con el frío tremendo, y tiene que aguantarse y bañarse con cada una de las hojas, restregarse con cada hoja, no importa si la hoja huele bien o mal, debe bañarse con cada una de las hojas hasta llegar a la última. Así debe quedarse por dos días, sin bañarse ni tocarse ni tocar a nadie. A partir de ese momento no puede tocar a nadie por ocho días. Por los primeros cuatro días no puede tocarse a sí mismo y por otros cuatro días solo puede tocar su propio cuerpo; esto es cuando ya el estudiante va por la segunda graduación.

El tiempo de estudio para cada una de las cuatro graduaciones es variable; del momento en que el niño está decidido a estudiar, puede llevarse de seis a siete años para llegar a las cuatro graduaciones. Más o menos a los 18 años puede irse graduando para ejercer el cargo libremente.

¿Qué significa la purificación? El maestro va a purificar cosas en la ceremonia fúnebre: cuando llega a la casa del muerto, purifica y toma o come, luego se las da al estudiante para que él purifique y tome; incluso las cosas que no se comen deben purificarse. Toda purificación que hace el maestro el estudiante debe hacerla igual, y si el maestro se mueve para allá, él debe moverse para allá; si sale de la casa, igual debe salir con él; si se va más lejos, allá va el estudiante. Esto porque cuando uno está ejerciendo el cargo debe tener capacidad de hacer todo lo que se requiera. Si un estudiante no salió a purificar, cuando sea óköm no lo puede hacer. Y es que se dice que cada cosa que está alrededor tiene un espíritu y te está viendo. Si me vio que hice el cacao adentro de la casa pero no me fui para afuera, afuera ya hay otros seres. En un futuro cuando esté ejerciendo el cargo, si no salí, no lo podré hacer; si lo hago es malo, puedo crear enfermedad o situaciones peligrosas. Lo que haga el maestro el estudiante debe hacerlo, constantemente, mínimo cuatro veces por cada cosa. Eso significa que cuando estoy ejerciendo, debo saber hasta el último detalle de las formalidades del cargo.

Por ello a los niños que estudian desde pequeños se les enseña a autopurificarse. Así, si no hay óköm para purificar, el estudiante puede autopurificarse. En la ceremonia fúnebre típicamente hay dos, tres o cuatro óköm purificando; pero si no hay, el estudiante le dice a la gente: "Alcánceme el guacal de cacao y yo me autopurifico." Esto es aceptado, porque lo hice en mi preparación desde niño. Se dice en lenguaje formal: "yo me presenté ante mi tío abuelo (talà) con eso", es decir, "le dije: "yo también hago esto, lo hice con mi maestro y también lo hago solo"."

La autopurificación consiste en que yo llego a la casa del muerto, y la familia me dice: "Ahí está sík" ('hoja', se le llama sík al muerto, porque luego se le va a envolver en hoja). Entonces yo debo preparar mis cosas, voy a saludarlo, voy con el suítöm, que está pintado de colores; se utilizaba mucho el rojo, el negro (que no significa muerte, por cierto), verde, y toco al muerto con la varita. A partir de ese momento estoy impuro. Entonces, en la ceremonia general ya la gente no me puede tocar; para poder estar de nuevo con la gente tengo que purificarme. Normalmente, se supone que hay otro óköm, que agarra el cacao que se prepara para purificar, con las plantitas que se le deben echar, con eso me lava las manos y la cara, y él también, agarra un poquito y lo bota cuatro veces. Con esto ya estoy purificado. Pero si no hay un óköm que me purifique, entonces debo autopurificarme; en bribri se dice ẽ' kuök, 'morderse uno mismo'. Para esto, la persona agarra el cacao y se lava, también toma y escupe, cuatro veces. Si el estudiante lo hizo desde su infancia, no hay problema; pero si no lo hizo, es un gran lío: no lo puede hacer. Por eso el niño debe aprender todo lo que hace su maestro.

Cuando va a dejar al sík, lo lleva al pö́ (tumba o tapesco), que está un poco lejos de la casa, en la montaña; lo deja ahí para que se pudra. Cada clan tiene su pö́. Cuando el óköm lo lleva a ese lugar, la familia puede ir, pero no lo puede tocar, solo los ókömpa, que llevan también todas sus cosas. En el camino los ókömpa van haciendo pequeños recuentos sobre el difunto, van hablando, no es canto; van diciendo: "aquí va él, aquí va su alma, aquí va su espíritu..." En el camino cortan unas hojas especiales para que ayuden al muerto en su viaje, pues se dice que ciertas plantas ayudan a que el alma viaje bien; él va a ir a otro mundo, va a su mejor lugar, a estas plantas que se cortan se les pide que lo acompañen. Por ejemplo, hay una planta llamada sörö̀r, muy utilizada en los entierros tradicionales, que ya no se practican, por cierto. El sörö̀r es una hoja muy filosa; el alma la lleva como una especie de arma, de machete, para protegerse en su camino. Todo esto es un lenguaje con la naturaleza que el niño debe aprender, para qué sirve cada cosa, qué significa, cómo dejar al muerto y todas las cosas que debe llevar y dejar ahí.

Debe saber el estudiante la historia del difunto, de qué enfermedad murió y de acuerdo con esto, qué tipo de plantas se debe agregar, y qué animales se deben matar y por qué hay que matarlos; porque cuando alguien moría se mataba una gran cantidad de animales, chanchos, pollos, como comida. Eso implica un tributo al más allá para que el muerto sea perdonado en algunas cosas; por ejemplo, si fue malo con los animales hay que hacer eso. Todo este tipo de cosas debe conocerlas.

Después de llevar al muerto a la tumba, los ókömpa lo dejan ahí, y luego regresan a la casa del difunto a purificar todas las cosas. Las pertenencias del difunto no se quedan en la casa, sino que se llevan con él. Se purifica la casa y a la familia, que consiste en limpiarse con cacao. Esto de limpiarse con cacao es propio de la ceremonia fúnebre; no se usa por ejemplo en la purificación de un niño cuando nace, que también es impuro. Se puede usar el cacao en esta situación, pero es secundario; en cambio, en la ceremonia fúnebre es fundamental la purificación con cacao.

Otro cargo que tiene funciones en la ceremonia fúnebre es el de los cantores (tsö́kölpa), que cantan en cuatro momentos: en la ceremonia cuando se hacen los recuentos de la vida del difunto, en el camino de ida, en el camino de vuelta y cuando se regresa a la casa para purificarla. Su función es solamente cantar. La ceremonia dura por lo general cuatro días: durante dos días se hacen los recuentos en la casa, luego se lleva el difunto a la tumba y el cuarto día se purifica la casa.

El niño tiene que conocer todos los datos, cada detalle, por qué se pone el suítöm, qué significa tocar el cuerpo con el suítöm, por qué se le dice: "véanos, aquí estamos, usted está bien, estamos con usted, estuvimos con usted, siempre lo querremos, usted es parte nuestra, nosotros somos parte suya", cosas así. Durante la ceremonia el óköm usa el suitöm constantemente, cada media hora por ejemplo, y pasa toda la noche en eso, no duerme. El niño tiene que saber que la recompensa de todo este trabajo es espiritual, pues este trabajo, como es el caso con todos los cargos tradicionales, no recibe ningún pago material.

Cuando muere un óköm, la ceremonia es la misma; pero todos los ókömpa deben llegar al funeral, todos, los ókömpa y los estudiantes, todos deben estar ahí.

La dieta de óköm es muy fuerte. Ya en las graduaciones superiores, cuando ya se debe hacer dieta, después de bañarte a media noche en el río y hasta el amanecer, te separan en una casita solo y te amarran con un mecate pasado entre las piernas para que no te toques el cuerpo ni la cara. Al día siguiente el maestro te puede dar de comer, pero solo con un palito, sin tocarlo a uno y sin que uno toque nada. También se debe estar en un rincón, de manera que nadie pase detrás de uno. Toda la familia y la comunidad sabe que uno está ahí y que nadie puede pasar por detrás de uno, solo de frente; porque de frente estoy recibiendo la energía de la comunidad, pero por detrás está saliendo mi energía para el más allá, y por eso nadie puede pasar por detrás, pues ese paso tiene que estar libre, hacia el más allá. Uno se queda amarrado así por cuatro días y le dan un palito para rascarse si a uno le pica algo. A los cuatro días, cuando ya lo sueltan a uno, se debe enterrar ese palito.

Estos cuatro días son dieta; son la dieta que debe seguirse después de cada graduación. En la graduación de óköm, como en las de los demás cargos, en eso es igual, se hace la comida (ver sĩõ'tãmĩ). Esa misma noche, a media noche, lo llevan al río y de ahí lo llevan a la casita por cuatro días sin que se pueda tocar uno mismo, ni pueda tocar a nadie; después de estos cuatro días ya se puede tocar su propio cuerpo. Este período se llama mũlũ̀nẽ. Cuatro días después viene la ceremonia de purificación y ya se puede regresar con la familia y estar en contacto con la gente.

Cuando uno está iniciando los estudios y el maestro lo lleva las primeras veces al monte, en ese momento el estudiante se llama katèwa, que significa 'para comer', pues él va a ser comido por el más allá. Esto es, cuando te llevan por primera vez, ya vas dispuesto a enfrentarte con muchas cosas que pueden devorarte. Todo esto es la preparación del óköm.

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NOTAS

[1] Según la costumbre bribri, el parto ocurre en una pequeña casita fuera de la vivienda principal, y la mujer es atendida por su mamá o su abuela. Se considera que la nueva madre y el niño están impuros y que para entrar en este mundo deben ser purificados, ya que la parturienta tiene capacidad de enfermar a la familia, lo que se llama en bribri õ'dalër. Se dura cuatro días en el proceso de purificación de la madre y el recién nacido.

[2] Por ejemplo, cuando el óköm Silverio se iba a graduar de awá, dijo que si alguien le hacía daño, él también le haría daño y su maestro le dijo: "no se puede graduar". Ya había hecho tres graduaciones para awá. Su maestro, que era su hermano, era óköm y awá; también su padre, llamado Olòmkuösi ('tronco seco de chonta'), era awá.

[3] kṍ 'lugar, tiempo'; ttök 'hablar'.